dissabte, 22 de març del 2014

Central Hidroeléctrica de Tavascán.

Una bóveda del tamaño de la Sagrada Familia en las entrañas de la montaña.

La montaña esconde en su interior muchas sorpresas y esta, aunque creada por el hombre es una de ellas.
Una obra colosal iniciada en los años 50 y finalizada en 1974. 
Muchos somos los que por diferentes motivos pasamos por Tavascán y nos pasa desapercibida quedándonos tan sólo con la imagen de los transformadores de su entrada. Merece la pena hacer una parada y completar la vista de una hora y media tanto por lo curioso de la actividad como por la información y conocimientos que en la misma se adquieren.

Una visita apta para todos los públicos y muy bien guiada por sus responsables que nos conducirá por largos pasillo y altas bóvedas para conocer un secreto bien guardado del Pallars.


Destacar como singular a nivel técnico que se trata de una central de ciclo reversible, es decir de día toma agua de los lagos para producir electricidad y por la noche en horas valle de consumo utiliza parte de la electricidad generada durante el día para devolverla a su lugar de origen.

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